LA ÉTICA EN LA
INVESTIGACIÓN: RESPETO Y TRANSPARENCIA
DEL INVESTIGADOR
TRAINING AND RESEARCH PRODUCTIVITY OF
UNIVERSITY TEACHERS IN THE LATIN AMERICAN CONTEXT
Reinozo, Néstor
RESUMEN
El presente
artículo tiene como propósito, analizar la ética en la investigación: respeto y
transparencia del investigador Se
sustentó teóricamente en los
fundamentos de Galarce (1996), Rios (2004), Ferrer (2004), Sánchez (1997) entre
otros. Fue una investigación de tipo
documental, con un diseño bibliográfico, desde la crítica reflexiva de la
realidad contrastada con los enfoques teóricos. Entre los hallazgos más
importantes se puede afirmar que muchos docentes universitarios muestran
debilidades en sus actuaciones apartados
radicalmente del recto proceder en el campo de la investigación, aunado a ello,
su desenvolvimiento moral para tratar con respeto y transparencia los diversos
asuntos concernientes a la creación y difusión de los conocimientos. Se
concluye que para que el docente investigador se conduzca éticamente en el
ejercicio de su profesión, no basta con el establecimiento de normas y códigos,
sino que su actuación este basada en valores éticos-morales, comprendiendo
además las implicaciones de sus actuaciones, en cuanto al impacto positivo o
negativo reflejado en su contexto.
Palabras claves:
ética, investigación, respeto, transparencia.
ABSTRACT
This article has as purpose to analyze the
research ethics: respect and transparency of the researchers, is been
theoretically sustance on Galarce (1996), Rios (2004), Ferrer (2004), Sánchez
(1997) fundamentals, among others. It was a documentary research, with a
bibliographical design, from the critical reflective reality contrasted with
theoretical approaches. Among the most important findings it can be confirm that
many faculties have weaknesses in their performances of good behavior in the
research field , beside, their moral development to treat with respect and
transparency various matters concerning
to creation and dissemination of knowledge.
Key Words: ethics, research, respect,
transparency.
Coordinador
Académico Rural de la Secretaria de Educación Regional Zulia. Docente
facilitador en la Universidad de Mérida Valle del Momboy. Docente facilitador
en el Instituto Universitario “Monseñor Rafael Arias Blanco”. Jurado externo en
la Universidad Rafael Belloso Chacín.
Introducción
La realidad del
siglo XXI plantea a las Instituciones de Educación universitaria un proceso de
cambio y transformación, con el propósito que las mismas estén a tono y su
actuación se corresponda con lo que la sociedad espera de ellas. De allí que la
nueva universidad que se construye desde los inicios del siglo XXI, se propone
entre otros aspectos, lograr en los docentes universitarios una formación
integral como docentes investigadores bajo profundos principios éticos que le
permitan una alta competencia profesional en el ámbito específico de su
desempeño científico, técnico, social y cultural, así como tener un elevado
compromiso social con los intereses de la nación.
Aunado a lo anterior,
la complejidad que caracteriza a este siglo
obliga a nuevas reinvenciones en la construcción del conocimiento, todo,
ello le indica a las instituciones universitarias y a su colectivo, a asumir la
función de la investigación como un proceso social complejo, gestora del
conocimiento y promotora de la ética profesional dentro de su legado, así como
al establecimiento de un código deontológico para unificar acuerdos que
permitan construir una actitud ética en los profesionales de la docencia y por
ende, en la investigación educativa, así
los investigadores educativos
deben vincular el desarrollo
del tema de investigación con cuestiones
de interés para la vida cotidiana de las personas, tanto en el ámbito social
como familiar e institucional.
Paralelo a esto,
las Universidades deben pensar en una sociedad con valores donde la solidaridad este presente y
contribuya al logro de la igualdad social, donde se atienda la formación de un
ciudadano crítico y abierto a todas las sociedades, sin perder el norte del
valor humanístico del conocimiento, en contraposición con un sentido
utilitario.. Sin duda una institución trasciende cuando incorpora a su proyecto
académico actividades de investigación como un elemento esencial para impulsar la superación del trabajo intelectual.
El interés del
estudio, es analizar la ética en la investigación: respeto y transparencia del
investigador, ante los principios éticos en
los investigadores o quienes aspiren serlo, salvaguardando la
honestidad intelectual en el trabajo
científico con responsabilidad, recto proceder, respeto, transparencia desde
cada profesión dando respuesta a
múltiples situaciones, el estudio es relevante por cuanto aborda una realidad
de reciente impulso para el mejoramiento del docente universitario siguiendo
los principios que demanda su rol,
Es por ello, que
la ética en una profesión es la obligación de una conducta correcta porque
estudia los actos humanos, tiene que ver con la profesión y con el “debe ser
así” y tiene una justificación de por qué se hace de esa manera, y de aquí
dependen las decisiones profesionales que tomamos, la falta de ética en la
formación como docentes investigadores conduce a serios problemas tanto de
mérito académico como de carácter legal ya que el autor a quien se plagia sus
ideas o aportaciones puede entablar una demanda por la comisión de este delito.
En este
sentido, la ética investigativa del docente se hace urgente en su rol de investigador
para que intervenga y se comprometa de manera reflexiva y critica en el proceso de transformación histórica y social,
que lleva al
mejoramiento de la calidad de vida de los hombres y mujeres
en su entorno.
Desde el punto
de vista de este nuevo enfoque, la sociedad del conocimiento plantea la
formación ética de los docentes investigadores no para acumular conocimientos
sino para investigar, pensar, comunicarse, tener iniciativa, aprender a
trabajar por su propia cuenta con respeto y
transparencia contribuyendo al desarrollo colectivo. De acuerdo con este
planteamiento, el docente debe asumir su papel protagónico en la transformación
del sistema educativo; para eso, se requiere de un futuro docente que rompa con
la concepción de una simple transmisión del saber y que participe activamente
en la investigación de su propia práctica y en la resolución de los problemas
que le plantea su entorno social.
La ética investigativa del docente
La ética es un
pilar fundamental de los seres humanos, una forma de organizar su acción para
no destruirse. Según Bello (2008:58,),”es la obligación de una conducta
correcta” por lo que se puede considerar a la ética investigativa del docente universitario como factor básico para el logro de una
eficiente formación de los recursos humanos altamente preparados que constituye
una de las misiones fundamentales de la educación universitaria. Dentro de esa
misión, se le exige al profesorado universitario, promover, generar y difundir
conocimientos por medio de la investigación formando profesionales idóneos que
participen eficazmente de manera transparente y responsable en el desarrollo
del país, proporcionándole un capital humano formado de manera integral, para
llevar desarrollo y progreso al ámbito de su accionar.
Por esta razón,
se ha hecho necesario que los docentes universitarios incorporen en sus
prácticas herramientas que mejoren sus habilidades, destrezas y actitudes como
entes planificadores y dinamizadores de la producción de conocimiento. Esto
implica la modificación de la labor del docente tradicional, que busca limitar
la creatividad del estudiante, haciéndose necesario adentrarse en nuevos
enfoques teóricos dando un gran paso al
establecimiento de un código de ética en
la investigación educativa
Aunado a lo
anterior, .una ética investigativa toma en cuenta las múltiples situaciones a
las que hay que dar respuesta, con ética profesional, convirtiéndose en una parte de cada acto profesional
individual que incluye la intención y el
efecto que se quiere conseguir por lo
que las universidades pueden ser agentes
muy poderosas en promover el equilibrio
democrático en la actividad de investigación
La investigación
educativa y ética del docente investigador
La investigación
educativa para Sánchez. (1997: 158), puede: Observarse como
acciones sistemáticas con objetivos propios, que apoyados en un marco teórico
o referencial, en un esquema de trabajo
y con una perspectiva definida, interpretan o actúan sobre la realidad
educativa, organizando nuevos conocimientos, teorías, métodos, medios, sistemas,
modelos, patrones de conducta y procedimientos educativos o modificando los
existentes.
Bajo la afirmación realizada por el
autor, la investigación educativa tiene como rasgo distintivo el hecho de estar
centrada en el ser human, por lo tanto debe llevar implícita una dimensión
ética que garantice el respeto, la valoración y la protección de la integridad
física, mental y emocional de las personas a quienes está dirigida. La ética es
el compromiso que se adquiere con uno mismo de ser siempre más persona”, la
ética se refiere a una decisión interna y libre que no representa una simple
aceptación de lo que otros piensan, dicen y hacen.
Para tal efecto, los preceptos de honradez,
amor a la verdad, modestia y la ciencia al servicio del hombre, establecen un
código de ética en la investigación educativa, es obligación de una conducta
correcta. Las múltiples situaciones a las que hay que dar respuesta desde cada
profesión, muestran que la ética profesional es una parte de cada acto
profesional individual que incluye un conflicto entre el efecto intencionado y
el efecto conseguido.
Es importante
señalar que la ética del docente investigador,
fomenta la práctica de los valores democráticos en el ejercicio
profesional contribuye a formar ciudadanos orientados a proteger los intereses
de las personas, a promover la participación; es decir supone la humanización
del orden social, basado en la libertad, la igualdad, la tolerancia, la
solidaridad, el respeto mutuo y el cumplimiento de los deberes y derechos. Así
mismo, Ferrer (2004) el profesional docente que realiza investigación debe practicar en su hacer investigativo la
equidad, el respeto, la integridad y la honestidad para desarrollar un criterio
racional que relaciona la calidad del
servicio que ofrece con lo que consigue a cambio; esto es, aplicar
prudentemente la justicia que los lleva racionalmente a igualar y ajustar los derechos y obligaciones del
investigador.
Bajo estas
consideraciones, el docente investigador debe tener presente los principios
éticos en su trabajo como profesional de la docencia, es su responsabilidad exponer en forma escrita y
oral los resultados de su quehacer científico, saber elaborar artículos y
libros a fin de difundir su labor científica, capaz de exponer ante cualquier
tipo de público sus trabajos de investigación para someterlos a la crítica y
contribuir así a que otras personas participen en la construcción del
conocimiento mediante la presentación de sus experiencias, dudas e inquietudes
como docente investigador.
Formación ética
del investigador: códigos y normas
La ética es una
disciplina filosófica que propone el estudio de los actos morales, el análisis
de la conciencia moral, que son explicadas por
Baquero, Pérez, y Sánchez, (2006: 786), como “principios directivos que
orientan a las personas en cuanto a la concepción de la vida, el hombre, los
juicios, los hechos, y la moral”. El ser humano está dotado de conciencia, la
cual le otorga la posibilidad de conocerse a sí mismo, así como al mundo que le
rodea, de esta forma se conoce de inmediato y puede juzgar de forma segura sus
acciones.
Apoyando lo
anterior, Agudo (2006), sostiene que el
término de conciencia moral se refiere a aquella que nos permite diferenciar lo
bueno de lo malo. El conjunto de los juicios procedentes de la conciencia moral
recibe el nombre de moralidad. Por otra parte, la moralidad pasa a ser la
materia sobre la cual especula la ética, en la actualidad, la ética en el
proceso de investigación es un tema poco abordado en la etapa universitaria,
por lo que debe ser analizada para prevenir infracciones que podrían afectar el
desarrollo de todo investigador en formación.
La ética en una
profesión es la obligación de una conducta correcta.
Las múltiples
situaciones a las que hay que dar respuesta desde cada profesión, muestran que
la ética profesional es una parte de cada acto profesional individual que
incluye un conflicto entre el efecto intencionado y el efecto conseguido.
Así pues, desde
el punto de vista de la investigación, un acto ético es el que se ejerce
responsablemente, evitando el perjuicio a personas, que a veces se realiza
inconscientemente, por estar vinculado el daño a los métodos que el
investigador utiliza para la consecución de sus fines .En los últimos años,
según Anderson y Ball, (1978), se han realizado diferentes códigos de ética y
normas de actuación para la investigación educativa. En la mayoría destacan: la
protección de los seres humanos, que el investigador dé a conocer su
orientación y valores, que respete las condiciones de intimidad.
En este sentido,
reflexionar sobre aquellas normas que
como investigadores deben respetar los actos o los resultados de los
mismos, sean éticamente correctos. Según
Galarce (1996), entre los principios y valores que debe poseer cualquier profesional se destacan:
Honestidad.
Aprender a conocer sus debilidades y limitaciones y dedicarse a tratar de
superarlas
Integridad.
Defender sus creencias y valores, rechazando la hipocresía y la
inescrupulosidad y no adoptar ni defender la filosofía de que el fin justifica
los medios , echando a un lado sus principios.
Compromiso.
Mantener sus promesas y cumplir con sus obligaciones y no justificar un
incumplimiento o rehuir una responsabilidad.
Lealtad. Actuar
honesta y sinceramente al ofrecer su apoyo, especialmente en la adversidad y
rechazar las influencias indebidas y
conflictos de interés.
Ecuanimidad. Ser
imparcial, justo y ofrecer trato igual a los demás
Dedicación.
Estar dispuesto a entregarse sin condición al cumplimiento del deber para con
los demás, con atención cortesía y servicio.
Respeto.
Demostrar respeto a la dignidad humana, la intimidad y el derecho a la libre
determinación
Responsabilidad.
ciudadana Respetar, obedecer las leyes y tener conciencia social
Excelencia. Ser
diligentes, emprendedores y estar bien preparado para ejercer su labor con
responsabilidad y eficacia.
Confianza y
confiabilidad. La confianza de otros descansan en el ejemplo de conducta moral
y ética irreprochable.
Justicia social.
A fin de ser capaz de agruparse para buscar reivindicaciones en torno a su
desenvolvimiento en el plano económico, político y social.
Congruencias.
Implica coherencia, en lo que se vive y lo que se dice.
Estos valores se
harán prácticos si muestran acciones y comportamientos cívicos y se encuentran
orientando las normativas por voluntad axiológica que se requiere para darles
cumplimiento. Lo contrario supone negar o poner en duda la validez del valor
que se desea presentar como paradigmas de una forma de comportamiento, animadas
por una convivencia que persigue el bien en común.
Todo profesional
tiene un código de ética, establecido socialmente, lo cual determina parte de
su práctica. Esto se adquiere en el proceso de formación del profesional,
algunos autores señalan que se perfila durante todo el Sistema Educativo, desde
el nivel de preescolar. La conciencia social definida como “el saber o no saber
sobre sí mismo, sobre el propio mundo, sobre la realidad y sobre los demás, que
le permite a alguien tener una identidad personal y social” (Martin Baro, 1989
ct por Salas, 1993).
La formación
ética del investigador está impulsado por las exigencias que propicien,
sustenten y enfaticen los criterios de la ética, la moral, los valores y que
solidifiquen el comportamiento del investigador.
Esta se fundamentará en las actuaciones del
investigador, es decir, estará abierto a
difundir conocimiento, profundizar saberes y demostrar desempeño dentro de las
normas éticas establecidas en la Ley de Universidades. En tal sentido, Santana
(2000), plantea la existencia de elementos que contribuyen a garantizar las
normas éticas en las investigaciones
denominadas:
Contextualización:
Enmarcar la realidad cónsona con las circunstancias donde se desarrolla la
investigación.
Credibilidad:
Demostrar congruencia de lo que siente, piensa y dice en las investigaciones
tutoreadas.
Fortaleza:
Trasmitir seguridad y fortaleza apoyada en la autoestima.
Perseverancia:
Formar hábitos y actitudes éticas con demostración de constancia en el trabajo.
Libertad:
Generar conductas espontáneas producto de la propia convicción.
Responsabilidad:
Asumir los compromisos que se generen en las investigaciones.
Crítica: Razonar
críticamente normas, reglas y principios y ajustarlas a la realidad.
Comportamiento
ético en el docente investigador
El
comportamiento ético en el docente investigador, centra su atención en el
comportamiento del hombre, por esto es conveniente formularse las siguientes
interrogantes: ¿Cómo se conduce en el ámbito laboral? ¿Se refiere a una
decisión interna y libre? ¿Es acaso un
compromiso permanente frente al trabajo realizado?.
De estas
reflexiones no escapan los
investigadores quienes al ejercer su profesión se enfrentan a dilemas éticos.
El hombre es un ser en proyecto, un ser que se va haciendo. Ser persona es una
posibilidad en la cual se encuentra el hombre permanentemente. Llegar a ser
persona debe constituir la meta de nuestra existencia individual y social
y realizarse como persona significa llegar a ser, desarrollando
dimensiones e internalizando los valores humanos. La ética es el compromiso efectivo del hombre que lo conduce hacia su
autentica realización de lo que es y debe ser como persona.,
La ética
profesional es necesaria, por cuanto las personas que ejercen una profesión en
la que ofrecen conocimientos y habilidades al servicio de otros, tienen
responsabilidades y obligaciones con todos los sectores que confían en su trabajo. Un pre-requisito
para los profesionales es la aceptación y el cumplimiento de las normas éticas
que regulan su relación con los clientes, empleadores, empleados, estado y
público en general, lo cual hace necesario un código que contenga las normas
generales de conducta aplicables a la
práctica diaria que ofrezcan mayores garantías de solvencia moral en su
actuación profesional
Según Ríos (2004), el comportamiento ético no es
ajeno al ejercicio profesional, este es un componente inseparable de la
actuación del profesional en la que pudieran estar presentes tres elementos: un
conocimiento especializado en determinada materia, una destreza técnica en la aplicación
a un problema que se pretende resolver y
un cauce de la conducta del operador
cuyos márgenes no pueden ser desbordados sin faltar a la ética .de las
consecuencias de sus actos. Este comportamiento ético no depende directamente
de ciertas normas o códigos de ética de
los gremios profesionales ya que es por esencia libre, consciente y responsable
de las consecuencias de sus actos.
La ética en el
sentido profesional, para Ferrer (2004), está directamente vinculada con la
calidad moral del trabajo, en el modo de llevar a cabo las tareas diarias e
implica vocación de servicio responsabilidad y honestidad el fomento y la
práctica de valores democráticos en el
ejercicio profesional contribuye a formar ciudadanos orientados a proteger los
intereses de las personas, a promover la participación; es decir supone la
humanización, el orden social basado en la libertad, la igualdad, tolerancia,
solidaridad, el respeto mutuo y el cumplimiento de los deberes y derechos.
Sin embargo,
para que el investigador se conduzca éticamente en el ejercicio de su
profesión, no basta con el establecimiento de códigos y normas, sino que su
actuación este basada en valores éticos-morales, comprendiendo además las
implicaciones de sus actuaciones, en cuanto al impacto positivo o negativo de
las mismas, es así como el hombre se proyecta en la realidad objetivo que lo
circunda, contribuyendo a reforzar las normas
de convivencia de su sociedad,
desde la organización hasta la comunidad
Para Villarini
(1994), citado por Galarce (1996), hay
tres tipos de condiciones o imperativos éticos profesionales.
Competencia, la cual exige que la persona tenga los conocimientos, destrezas y
actitudes para prestar un servicio; servicio a la colectividad, donde la
actividad profesional solo es buena en el sentido moral si supone al servicio
de la colectividad; y solidaridad estableciendo relaciones de respeto y colaboración entre sus miembros.
Todo profesional
debe poseer las competencias necesarias para la realización de su labor
investigativa, sentirse comprometido con el hacer y el convivir capaz de
anteponer los intereses colectivos sobre los individuales.
De acuerdo a
Escobar (19992), el hombre tiene derecho a seleccionar una profesión donde
pueda desarrollar sus potencialidades coadyuvando al beneficio social. Define
la profesión como la actividad o trabajo aprendido, mediante el cual el
individuo trata de solucionar sus necesidades materiales y de la personas a su cargo, servir a la
sociedad y perfeccionarse como ser
moral. La profesión está estrechamente vinculada a la vocación la cual tiene
profundas raíces éticas.
Según (Galarce,
1996). El perfil de los profesionales debe estar orientado al diseño de una
nueva realidad de política económica y social encaminada a lograr cohesión
social y ordenamiento de la sociedad y de sus instituciones. Para ello, es
necesario poseer disposición y capacidad para desempeñar e implementar
proyectos sociales de alcance nacional, liderar comprometidamente políticas
sociales coadyuvantes al desarrollo individual y colectivo de su comunidad en
búsqueda de una mejor calidad de vida; poseer destrezas y habilidades para
conducir la organización donde laboran hacia los objetivos propuestos, formado
bajo profundos principios éticos que le permita un ejercicio de su profesión
signados por valores necesarios para tal fin.
Ahora bien, un
valor importante en todo profesional es la identidad; es decir la capacidad que
tiene de proyectarse a través de su
profesión, desarrollada de manera individual
o a través de una organización en particular, su enfrentamiento con la
realidad dependerá de la honestidad con que se cumplan, en claro enfrentamiento
con el engaño y la falsedad. Actuar con recto proceder implica ser
transparente a fin de lograr una
verdadera convivencia en los espacios públicos.
Desde el punto de vista de la investigación educativa un acto ético es compromiso que debe ejercerse responsablemente, evitando el
perjuicio a personas, que a veces se realiza inconscientemente, por estar
vinculado el daño a los métodos que el investigador maneja para la obtención de
sus fines.
Lo antes
planteado, conlleva a reflexionar sobre la actuación ética del docente
universitario en la resolución de problemas de nuestro entorno social el
educador, tiene la obligación de ser a su vez un investigador, razón por la
cual, no debe bastarle con saber la ciencia o el arte en que doctrina, sino
que, como guía de pensamiento justo y verdadero, debe tener una expresión,
iluminada por la llama de la ética que surge del reconocimiento sereno y
honrado de sí mismo y la trascendental labor que desempeña mediante la práctica
de la función investigativa en la transformación del mundo caracterizado por la
tendencias globalizantes.
Finalmente, es
urgente la necesidad de diseñar propuestas para formar investigadores cuyas
contribuciones deben proporcionar elementos innovadores que favorezcan la
formación del investigador mediante la ampliación de experiencias asertivas,
multidisciplinarias y éticas a través de las diversas actividades académicas que
se ejecuten en el entorno universitario.
Así mismo,
formar investigadores universitarios de calidad en el campo de la educación,
por cuanto se viene presentando en el ámbito universitario una serie de
problemas de carácter ético que influyen en forma significativa en los procesos
científicos y académicos, donde la
innovación, la flexibilidad, los valores y las ideas deben estar a la par de lo
que se requiere con miras a dar respuestas a las exigencias de la sociedad
para desarrollar investigaciones que promuevan el cambio
social.
También, se
afirma la existencia de competencias que contribuyen al crecimiento del
conocimiento y enseñanza del proceso de investigación entre ellas: competencias
referidas a comportamientos profesionales y sociales las cuales proporcionan
toma de decisiones y responsabilidades necesarias en cualquier investigación.
Otra competencia
se refiere a actitudes, es decir el investigador de hoy tiene una gran
responsabilidad para motivar el trabajo, adquirir compromisos y adaptarse a los
cambios conjuntamente con el entorno La docencia y la ética en la investigación deben estar
estrechamente unidas y ser asumidas por el educador como una actividad
intrínseca de él como ser socializador y
productor de conocimiento.
Reflexiones finales
A todos nos
interroga y nos pone problemas la vida. Por eso continuamente se está buscando
respuestas, explicaciones e interpretaciones, aventurando soluciones,
corrigiendo sobre la marcha cuando nos equivocamos. Hay en nosotros una fuerza
interna que no nos deja descansar tranquilos… Investigar es un modo de ser
personas, con ética aun cuando no nos demos cuenta de que toda vida es una
investigación. Cada uno investiga a su manera, pero lo que aprendemos durante
la vida y desde la vida no se reconoce oficialmente como investigación porque
le falta un método que acredite a nuestra investigación como científica y al
saber obtenido como ciencia.
Y en
consecuencia, reivindicar el valor del saber que obtenemos en esta convivencia
en la Cátedra Ética y Valores Con esta materia surge el reto de la innovación;
frente a una educación que no ofrece propuestas, surge el reto de la
creatividad; frente a una educación desconocedora de la realidad de las
personas, grupos y comunidades, surge el reto del descubrimiento. Solo aprende quien investiga con respeto y
transparencia. Y esto es válido tanto para nosotros como para la gente de
nuestra comunidad en la que queremos promover procesos de aprendizaje. Porque
quien investiga solo para aprender es un egoísta.
Toda
investigación tiene sentido cuando sirve para transformar
la vida de
nuestra comunidad, en todos los ámbitos en que ella se
expresa:
económico, social, político… educativo, laboral, religioso, espiritual… Todo
esto nos impulsa a adentrarnos en el campo
de la
investigación en las ciencias sociales: para descubrir que se ha
hecho y, sobre
todo, para descubrir lo que se puede hacer y cómo se
puede hacer.
En consecuencia
es necesario que los docentes estemos
dispuestos a reconocer y aceptar el cambio. Mientras se mantenga patrones
culturales que tiendan a la fragmentación del conocimiento y a la
desvinculación entre escuela y contexto, la transversalidad no tendrá
posibilidades. La estrategia debe tender a desarrolla la mirada heurística
respecto al quehacer educacional. Hay que vincular y articular conocimientos de
manera transversal y relacionar el currículo con el contexto
En la medida que
se avance en una pedagogía de la imagen, la diversidad y la tolerancia mediante
esquemas participativos y horizontales para estimular la creatividad de
estudiantes, docentes y directivos será posible transformar el aparato escolar.
Esa es una condición necesaria, si bien no suficiente, para que la
transversalidad pueda instalarse en el currículo explícito e implícito de la
práctica escolar.
Lo antes
planteado, lleva a reflexionar sobre la actuación ética del docente
universitario en la resolución de problemas de nuestro entorno social el
educador, tiene la obligación de ser a su vez un investigador, razón por la
cual, no debe bastarle con saber la ciencia o el arte en que doctrina, sino
que, como guía de pensamiento justo y verdadero, debe tener una expresión,
iluminada por la llama de la ética que surge del reconocimiento sereno y
honrado de sí mismo y la trascendental labor que desempeña mediante la práctica
de la función investigativa en la transformación del mundo caracterizado por la
tendencias globalizantes.
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